Descripción
«Habéis expirado,
caducado,
habéis muerto dentro de mí.
Bestias domesticadas
a las que ya no alimento.
No queda sustento
y apenas me puedo sostener.»
Amen es la veneración a todos los hombres que hirieron, aquellos que huyeron y desgarraron piel y entrañas. Es la oración a todas las deidades idealizadas, el rezo al dolor afligido por sus pecados, el sacramento de la comunión a su sexo. Amen es el deseo de la complacencia, la sumisión a las voluntades ajenas, la plegaria a su atención. Es la niebla matinal, las copas sucias sobre la mesa, las sábanas manchadas y la profanación de mi cuerpo.
Amen es el anhelo de aquello tan inalcanzable como voluntario.
Es la nostalgia de amarse a uno mismo.
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